"Prefiero cantar en Ponferrada que en la gala de los Grammy"
Su nombre es su mejor carta de presentación. Se trata de una leyenda indiscutible de la música de autor.
Alberto Cortez durante el ensayo previo a su concierto de anoche en el Teatro Bergidum de Ponferrada. gaztelu
francisco labarga
Ponferrada
Nació en el año 40 del siglo pasado, pero es un 'jovencito' lleno de ilusión que a partir de mañana empezará a vivir el resto de su vida. Anoche actuó en el Teatro Bergidum de Ponferrada, una ciudad y un público de los que se confiesa enamorado. Su música trajo el calor a la gélida y nevada noche berciana.
Para un trotamundos de la música como usted y después de tantas grandes citas y escenarios, ¿qué significa recalar en una pequeña y modesta ciudad como Ponferrada?
La otra vez que estuve cantando en Ponferrada [enero de 2003] fue una de las noches más inolvidables de mi historia musical, no sólo por el público, que fue mucho y muy generoso, sino porque después el alcalde nos arrastró hacia una casa en las afueras de la ciudad. Empezaron a llegar personas que se pusieron a cantar. Mi impresión fue muy grande, porque hay mucha gente que se junta para discutir de política, otros para hablar de literatura, otros para hablar de fútbol y aquella gente se reunía sencillamente para cantar, pero no profesionalmente, sino porque les gustaba cantar y eso me llenó el corazón de alegría: juntarse para cantar. Es un paso gigantesco hacia la paz que realmente necesitamos en el mundo.
¿Sigue siendo válido aquello de que "a partir de mañana empezaré a vivir la mitad de mi vida"?
Si, pero eso fue a los 40 años, aunque ojalá que si llego algún día a los 80 pueda cantar todavía que a partir de mañana empezaré a vivir la mitad de mi vida.
Después de tantos años de música y poesía, ¿no se corre el riesgo de caer en el escepticismo, incluso en el cinismo?
Por supuesto que sí. No soy ajeno a todo lo que sucede en el mundo. Después del atentado de Atocha y del atentado del 11 de septiembre, en Estados Unidos yo escribí una canción titulada '¿Qué culpa tengo yo?';fue un poema un tanto ácido, un poco duro, pero que tenía un fin, preguntar de qué vale tanta muerte, para qué sirve tanto dolor, tanto explosivo, si en realidad lo que de verdad queremos los seres humanos es convivir, o hacer como hicimos en Ponferrada, sencillamente juntarnos a cantar.
¿Es una contradicción que por un lado sea usted una persona muy cosmopolita, pero a la vez un nostálgico de su tierra?
Son cosas compatibles. Escribí una canción titulada 'Pobrecita nostalgia ', donde a la nostalgia la trato como a una persona. Soy una persona nostálgica porque evidentemente nací en una tierra lejana donde tengo enterradas mis raíces. No puedo evitarlo, por muy cosmopolita que me vuelva, por muy ciudadano del mundo, yo sigo teniendo mis raíces allí y cuando necesito recargar las pilas vuelvo al pueblo donde nací a respirar ese aire que respiré de niño y a convivir con mis amigos.
¿Cómo se mueve Alberto Cortez en estos mundos de operaciones triunfos y factores X?
Hay cosas que son incomprensibles. Operación Triunfo me pareció una estafa brutal al pueblo español y a los chicos que fueron ahí con toda su ilusión, porque les hacían cantar en inglés, pero ni siquiera les enseñaron inglés. Una estafa gigantesca en la que los medios actuaron de cómplices. Buena prueba de ello es que, apenas, de todo ese rosario de concursantes el único que ha salido, digamos, triunfante entre comillas es Bisbal, que es un excelente gimnasta. Hoy en día los niños cantan haciendo gimnasia en el escenario.
Ahora la vida de Alberto Cortez también está en un libro.
El pasado 19 de noviembre se presentó en la ciudad de México una biografía sobre mi persona escrita por Laura Etcheverry, una escritora argentina fantástica que estuvo cinco años trabajando en ella, basándose fundamentalmente en la opinión de cientos y cientos de personas a las que consultó en el mundo entero, incluida la reina de España. Esas opiniones sirvieron de base para una especie de novela sencillamente extraordinaria.
¿Un autor que ha recibido un premio a la excelencia musical en una gala de los Grammy, qué siente cuando actúa en un pequeño teatro como el Bergidum?
Prefiero Ponferrada toda la vida y no lo digo por dorar la píldora. Lo de los Grammy es una cosa 'multigigantesca' que no tiene un gran valor artístico. Sencillamente son intereses económicos. Le dan el Grammy al que más gente arrastra.
Usted habla de la libertad en su canción 'Callejero', entre otras como un don preciado y hoy no es un tema muy comercial ¿Qué tipo de público asiste a sus conciertos?
Cada vez van más jóvenes a mis conciertos. La libertad sigue teniendo una vigencia tremenda, porque la libertad está siempre acosada. El perro callejero de mi canción fue el único ser que yo conocí en toda mi vida que fue siempre libre porque nunca tuvo nada.
Por último ¿es presuntuoso decir que un rincón del alma de Alberto Cortez está Ponferrada?
Sin ninguna duda.
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Publicado por VRedondoF para ESPAÑOLA el 11/29/2008 11:57:00 AM