Que me perdonen los críticos de arte, cine, literatura… pero su papel siempre me ha parecido un poco cruel, enjuician y valoran el trabajo de otros pudiendo hundirte en la miseria. Siempre me he preguntado que si tanto saben y entienden por qué no lo hacen ellos y nos "deleitan" con sus "obras de arte".
En 1910, con motivo de la exposición Le Salon des Indépendants (El Salón de los Independientes) y organizada anualmente en París por Société des artistes indépendants (Sociedad de los Artistas Independientes), hubo una obra que llamó la atención de los críticos y que todos elogiaron. Esta obra era "Coucher de soleil sur l'Adriatique" (Puesta de sol en el Adriático) de un pintor genovés, completamente desconocido, llamado Joachim-Raphaël Boronali.
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Un buen día se presentó el escritor Roland Dorgelés en la sede del periódico Le Matin para desvelar la identidad de Boronali.
El tal Boronali era… un burro llamado Lolo.
Dorgelés y unos amigos llevaron al burro a una casa abandonada donde le ataban pinceles a la su cola y lo estimulaban, para mover la cola a más o menos ritmo, con zanahorias.
La obra se llegó a vender por 400 francos que fueron donados a un orfanato. Muchos críticos estuvieron callados durante una temporada.
Críticos de arte engañados por un burro
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Publicado por VRedondoF para PVF el 5/21/2011 02:20:00 AM